Un viaje en Gredos al interior de uno mismo para cambiar de vida, reducir el estrés y buscar la felicidad
Poyales del Hoyo. Una pequeña localidad en la provincia de Ávila, en la cara sur de Gredos, rodeado de montañas, bosques, ríos y pozas rebosantes de agua cristalina. Es el punto de partida para una viaje de introspección hacia el interior de uno mismo. Para conocerse mejor, reducir el estrés, buscar la felicidad y, en un momento dado, incluso replantearse un cambio de vida.
En un hotel rural en Poyales, a los pies de las montañas, está Mundo Consciente, un centro de retiros para practicar el yoga, la meditación, el mindfulness o la biodanza, donde poder disfrutar además de comida natural con los productos ecológicos de la propia huerta. La propuesta es clara, según sus promotores: «vivir el momento presente, disminuir el estrés, despertar la sensibilidad, relacionarse en armonía, tener amistades profundas y conocerse más a uno mismo». El fundador del centro es un gallego de La Coruña asentado en Gredos desde hace ya más de 25 años, Alberto Villar. «Empezamos ofreciendo estancias para vacaciones, pero la gente, que salía muy contenta, quería más, aprender a relajarse y a controlar el estrés. A partir de ahí, de manera espontánea surgió la idea», recuerda.
Más allá del viaje hacia el interior de uno mismo, Mundo Consciente potencia un propósito común. Los asistentes forman parte de un grupo de personas que están realizando un profundo trabajo personal con un ambiente de sinceridad y expresión de la verdad en el que se aprende a comunicarse de forma auténtica y vivir las relaciones con consciencia. «El objetivo es que las personas se encuentren con si mismas. Por un lado, estamos en medio de la naturaleza y, por el otro, ofrecemos además productos de muy alta calidad, lo que ayuda también a tener salud y la mente tranquila», explica Villar. Según cuenta, «practicamos muchas actividades y aportamos un aprendizaje para aprender a controlar el estrés y estar relajados, pero esto no es algo teórico».
Para ello, según recalca, el centro está abierto todo el año, ofreciendo desde vacaciones en familia, con niños, hasta programas de retiro de silencio o tantra. «La gente puede venir y quedarse el tiempo que quiera», cuenta Villar. Mundo Consciente recibe visitantes de todas partes de España e incluso del extranjero, personas de todas las edades y con problemáticas distintas.
«Vienen muchos directivos que quieren reducir el estrés o aprender a mejorar la forma de gestionar», explica el promotor del centro, convencido de que sentir es sanar. Como reza una carta enmarcada a la entrada del centro y firmada por el propio Villar, «si no te permites sentir algo, ese algo va estar toda tu vida llamando a la puerta». Su propuesta es atreverse a sentir, tanto lo agradable como lo que no lo es tanto.