Una casa moderna con influencias japandi
“Como en la mayoría de las ocasiones, los clientes nos conocieron a través de las redes sociales: querían comprar una vivienda y transformarla en un hogar que se adaptase a sus gustos y necesidades, por lo que contactaron con nosotras para hacer todo el proceso de búsqueda, compra y reforma. Visitamos varios pisos, pero decidieron bastante rápido: esta casa les encantó”, recuerda Paula Mena, de Yeyé Studio.
En efecto, su despacho está especializado en este tipo de operaciones y, además, es uno de los más virales en Instagram, por lo que cuentan con una amplia experiencia a la hora de rehabilitar casas antiguas y convertirlas en santuarios contemporáneos. Este piso, por ejemplo, es de 1951: está situado en Madrid, cerca de El Retiro, y pese a que se ve completamente moderno, no fue demolido completamente.
“Respetamos algunas de las estancias principales en la nueva distribución, pero adaptamos la planta al día a día de la joven familia que lo habita: acercamos la cocina al salón, manteniéndola independiente, y transformamos lo que era la antigua cocina en un despacho con biblioteca. Además, respetamos la posición de tres de los dormitorios, y el cuarto lo transformamos en dos baños completos”, recuerda Mena.
Los dueños, una pareja joven, “amantes del diseño y la lectura”, y su hija pequeña, sabían desde el principio cómo querían que fuese su hogar. “Tenían clara la influencia japonesa, el diseño danés y la presencia de los materiales naturales”, explica la arquitecta. “Fuimos jugando con diferentes propuestas y composiciones para conseguir ambientes suaves con puntos fuertes que dieran contraste a cada espacio”.
Por ello, todas las estancias se vistieron con una base de blanco y madera, para luego ir añadiendo toques de rojo (como el espectacular travertino de los baños) que añadieran fuerza al conjunto. “Cuando decoramos casas con tonalidades suaves, para nosotras el reto es dotarlas de personalidad, crear espacios diferentes que no pasen desapercibidos. En este caso, cada uno de ellos está pensado para jugar con diferentes texturas y colores, manteniendo una línea cálida, fomentando el paso de luz y dando especial protagonismo a cada uno de los elementos singulares de cada estancia”.
“La atmósfera de Casa Inari es un delicado equilibrio entre serenidad y carácter, inspirada en la pureza de las líneas japonesas y la calidez del diseño danés. Los materiales naturales, como la madera de roble, el travertino y el lino, se entrelazan con texturas en damero, piedra y metal para crear espacios que respiran calma y elegancia. Cada detalle, desde los tonos suaves de los baños hasta el dinamismo del damero en la cocina, refleja un juego armónico de contrastes que destaca sin estridencias. Es una casa que invita a quedarse, a descubrirla lentamente, y donde cada rincón cuenta una historia de diseño atemporal”, culmina Mena.