Un arquitecto crea una nueva dimensión temporal en esta casa blanca y sofisticada en el centro de París (y su baño-despacho es digno del mismísmo César)
El baño del César
Sin embargo, no pretendía transmitir la atmósfera fría de una galería, más bien lo contrario. Este es un hogar para una familia joven, con dormitorios infantiles y de invitados, una amplia y acogedora sala de estar con comedor, un vestidor, cocina, área de trabajo y baño familiar. Unos cuantos requisitos para una superficie de 130 metros cuadrados que el creativo resolvió agrupando algunas de las funciones deseadas en los diferentes espacios. El antiguo comedor, por ejemplo, es ahora, tal y como todos lo llaman en broma, “el baño del César”, una habitación multifuncional donde una bañera exenta, enmarcada por mármol Estremoz de Portugal, sirve también de espacio de trabajo. Y la zona adyacente, con una pared de azulejos blancos y negros, utilizados tradicionalmente en suelos de alto tránsito, puede convertirse en un abrir y cerrar de ojos en el lugar ideal para alojar a las visitas.
Un lienzo en blanco
La cocina también requirió mucho mimo, tanto por su parte como por la de su cliente, gran aficionado a la gastronomía y orgulloso propietario de un piano de cocción Lacanche, regalo por su 40 cumpleaños. Integrar el aspecto tradicional de los productos de la casa francesa en un marco tan depurado se convirtió en otro triunfo gracias a la combinación con los módulos de acero inoxidable hechos a mano por la firma italiana Abimis y al efectivo nicho que arropa amorosamente los fogones. Al lado, en el salón, las lámparas de techo y los apliques de Apparatus retoman a la perfección el lenguaje redondeado de los sofás y mesas firmados por el propio Lesnoff-Rocard. Cortinas ligeras o puertas correderas delimitan las estancias y un suelo inmaculado de madera lacada, a juego con las paredes, acentúa la luminosidad omnipresente. Es el lienzo en blanco donde el arquitecto pinta con tino el sutil contraste entre lo antiguo y lo nuevo, donde cada objeto se convierte en una obra de arte y donde cada idea tiene espacio más que suficiente para desarrollarse plenamente.