Un arquitecto crea una nueva dimensión temporal en esta casa blanca y sofisticada en el centro de París (y su baño-despacho es digno del mismísmo César)
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Un arquitecto crea una nueva dimensión temporal en esta casa blanca y sofisticada en el centro de París (y su baño-despacho es digno del mismísmo César)

El comedor original, que se ha transformado en una zona multifuncional con una bañera romana que los propietarios utilizan a veces como lugar de trabajo. El antiguo espejo de la izquierda contrasta con el color Rosso Levanto de la chimenea y el mármol claro Estremoz de la bañera. El vaso es de Joe Colombo, en Karakter.

© Ludovic Balay / Estilismo Sarah de Beaumont

El baño del César

Sin embargo, no pretendía transmitir la atmósfera fría de una galería, más bien lo contrario. Este es un hogar para una familia joven, con dormitorios infantiles y de invitados, una amplia y acogedora sala de estar con comedor, un vestidor, cocina, área de trabajo y baño familiar. Unos cuantos requisitos para una superficie de 130 metros cuadrados que el creativo resolvió agrupando algunas de las funciones deseadas en los diferentes espacios. El antiguo comedor, por ejemplo, es ahora, tal y como todos lo llaman en broma, “el baño del César”, una habitación multifuncional donde una bañera exenta, enmarcada por mármol Estremoz de Portugal, sirve también de espacio de trabajo. Y la zona adyacente, con una pared de azulejos blancos y negros, utilizados tradicionalmente en suelos de alto tránsito, puede convertirse en un abrir y cerrar de ojos en el lugar ideal para alojar a las visitas.

La cocina, el corazón de la casa, con el piano de cocción, de Lacanche, en azul noche. Como contrapunto visual, la firma Abimis realizó un conjunto de muebles a medida en acero inoxidable satinado. La lámpara colgante Half & Half es de Contain Estudio y el cuenco de cristal verde de Garnier et Linker para Theoreme Editions.

© Ludovic Balay / Estilismo Sarah de Beaumont

Un lienzo en blanco

La cocina también requirió mucho mimo, tanto por su parte como por la de su cliente, gran aficionado a la gastronomía y orgulloso propietario de un piano de cocción Lacanche, regalo por su 40 cumpleaños. Integrar el aspecto tradicional de los productos de la casa francesa en un marco tan depurado se convirtió en otro triunfo gracias a la combinación con los módulos de acero inoxidable hechos a mano por la firma italiana Abimis y al efectivo nicho que arropa amorosamente los fogones. Al lado, en el salón, las lámparas de techo y los apliques de Apparatus retoman a la perfección el lenguaje redondeado de los sofás y mesas firmados por el propio Lesnoff-Rocard. Cortinas ligeras o puertas correderas delimitan las estancias y un suelo inmaculado de madera lacada, a juego con las paredes, acentúa la luminosidad omnipresente. Es el lienzo en blanco donde el arquitecto pinta con tino el sutil contraste entre lo antiguo y lo nuevo, donde cada objeto se convierte en una obra de arte y donde cada idea tiene espacio más que suficiente para desarrollarse plenamente.

El cabecero revestido en ante, diseñado por Clément Lesnoff-Rocard, llama la atención en el dormitorio. Al final del proyecto, el arquitecto regaló a los dueños de la casa una página enmarcada del periódico L’Humanité de 1911, probablemente utilizada como aislante, que encontró bajo las tablas del suelo.

© Ludovic Balay / Estilismo Sarah de Beaumont

Los espejos amplían el pequeño rincón del salón diseñado por el arquitecto y lo convierten en un círculo completo. La mesita es el modelo Standby, de Apparatus.

© Ludovic Balay / Estilismo Sarah de Beaumont

Un panel corredero de cristal oculta el multifuncional ‘baño del César’.

© Ludovic Balay / Estilismo Sarah de Beaumont

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